Chico Cesar (Foto: Ana Lefaux).

Se lanza un nuevo disco de Chico Cesar y eso es un gran acontecimiento. Chico es una leyenda viva de la música brasileña, es la voz de Mama África, es un hombre del mundo, un hombre de lucha, de letras y músicas… Es el duende de la MPB con su mirada incomparable y su copiosa creatividad.

Tanto Mama África como À Primeira Vista (tema de la telenovela Rei do Gado) fueron hits de la misma manera que otras de sus muchas canciones interpretadas por él mismo o por colegas suyos como Sting e Ivan Lins. She Walks This Earth (Soberana Rosa), de estos últimos, le permitió ganar un Grammy Award. Chico también ha obtenido los premios Sharp, APCA, MTV Music Awards y Troféu Imprensa, entre otros.

Su regreso, como no, es de gran altura. Recorre Europa (Oporto, Lisboa, Londres, Marsella y París) y se detiene en España (Santiago de Compostela, 22 de septiembre; Madrid –Independance Club-, 2 de octubre; Barcelona -Sala Apolo-, 3 octubre).

Para Vestido de Amor Chico ha invitado a grandes personalidades de la música africana: Salif Keita, el legendario cantante y compositor malí, conocido como “La voz de oro africana”; Ray Lema, reconocido pianista, guitarrista y compositor congoleño; Sekou Kouyaté, virtuoso de la kora mandinga; y Etienne M’Bappé, extraordinario bajista camerunés. El álbum ha sido producido por Jean Lamoot.

Redacción Gladys Palmera: Su nuevo álbum Vestido de Amor tiene mucha variedad, desde forró a música urbana. ¿Esa fue la intención al hacerlo, como un viaje por muchas cosas?

Chico Cesar: Prácticamente todos mis discos son así, con mucha variedad. Con forró, reggae… En la verdad el forró ya es música urbana. Desde Luis Gonzaga ya era, ya era algo que se bailaba también en las capitales, ciudades, cabarés y en los muelles. Y cada vez más también nosotros en Brasil tenemos consciencia de que el forró y la música africana son estilos muy hermanos que traen la problemática social y también traen la fiesta. Yo sí he querido hacerlo así, porque yo también soy así, soy misturado. Yo vengo de la zona rural, y desde determinada edad, desde 16 años, vivo en las ciudades mayores y mi música siempre a bebido en la fuente de la música urbana también.

RGP: Diez álbumes parecen pocos para un artista como usted que lleva casi 40 años en escena. ¿Porqué?, ¿Hay más o le gusta más actuar en público que estar en un estudio de grabación?

CC: De verdad, no son casi 40, son casi 30. Porque mi primero disco fue lanzado en 1995, Son 28 años. No me parece poco, porque sí contamos apenas los diez discos, es casi un disco cada tres años. Es un tiempo bueno para trabajar uno a uno. Pero sin contar que en ese período también lancé dos disco infantiles, Marias do Brasil y Amidalas, dos proyectos en dúo, Brincadeira con Zezo Ribeiro y A hora da Estrela con Laila Garin. Y, también un disco Aos Vivos Agora, al lado de John Black haciendo el papel, que en el primero Aos Vivos estaban Lenine y Lany Gordin. Lancé también un disco llamado Compacto simples con apenas dos canciones. Además, tres DVS: Cantos y Encontros -De uns tempos para cá-, Al vivo Agora y Estado de poesía. Cuatro libros: Versos Pornoráficos, Contatéis, Sou Francisco, O agente Laranja e a maça do amor. También hice tres bandas sonoras para teatro. Es bastante trabajo. Mucha producción. Me gusta estar en el escenario y me gusta grabar en estudio dentro de un tiempo en que la cantidad no comprometa la calidad.

RGP: Hábleme, por favor, de ese momento en que deja el periodismo para dedicarse a la música. ¿Hubo quizás una intención de hacer crónica musical o historias cantadas al estilo Rubén Blades, por ejemplo?

CC: En la verdad yo ya era músico. No es que yo fuera músico, la música ya estaba en mí desde niño. A los ocho años yo ya participaba en pequeños concursos en mi propia ciudad cantando. A los nueve ya estaba en un grupo con los amigos llamado Super Som Mirin. A los 12 había compuesto mi primera música. De los 13 para 14 en un concurso gané mi primera guitarra y salí componiendo mucho. Monté un grupo sólo de música autoral con otros adolescentes, amigos que se llamaba Grupo Ferradura. Y en esa edad yo tenía la seguridad absoluta que viviría con música en resto de mi vida. Sólo que yo no tenía seguridad que tardaría en poder vivir de la música. Yo sólo sabía que la música que iba hacer era una música muy autoral. Y no me imaginaba haciendo música con éxito comercial. A los 14 yo hablé con dos amigos que ya estaban en la universidad y hacían periodismo y pregunté cómo era eso. Como era el periodismo porque yo quería tener una segunda opción profesional. Que me mantuviera, que pagara mis cuentas. Y ellos me explicaron que había cine, relaciones públicas, publicidad y periodismo para que fuera presentador o trabajara en la redacción del periódico o radio. Y yo dije: pienso que lo puedo hacer eso. A mí siempre me gustó leer y escribir. Era algo que sería capaz de hacer sin mucha dificultad. El periodismo entró en mi vida como una segunda profesión y trabajé durante diez años como periodista. Y cuándo la música me requirió completamente yo ya me sentía más seguro para vivir solo de ella y yo me aleje del periodismo y seguí haciendo la música que ya había empezado antes. Claro que haber sido periodista me dejó con una mirada más crítica, más depurada, más cuidadosa con relación a las cosas del mundo.

RGP: Usted pertenece a una generación que emergió con fuerza justo cuando Radio Gladys Palmera comenzó: Carlinhos Brown, Marisa Monte, Bebel Gilberto… ¿Qué pasó en ese momento en Brasil?, ¿para donde iba la música y para donde a acabado yendo?

CC: Ese momento en que surge mi generación es muy rico de la música brasileña. Nosotros teníamos allí un panteón que se mantiene con los grandes. La primera generación con Tom Jobim, João Gilberto, la generación que fue conocida con la bossa nova. Después viene la generación de Chico Buarque, Edu Lobo, Gilberto Gil, Caetano Veloso, Milton Nascimiento… fortísima. Después de ellos viene la generación de Alceu Valença, Geraldo Azevedo, Morais Moreria, Novos Baianos, Gonzaguinha, que es muy fuerte también. Ahí viene nuestra generación, cuando ya había gente con altísima cualidad en la escena de la música brasileña. Llegamos Lenine, yo, Daude, Carlinhos Brown, Fernanda Abreu, Zelía Ducan y, es una generación que trae mucho de la cultura popular de Brasil. Mixtura la cultura del nordeste, de los interiores con la música pop, con la música urbana. Esa generación logró bastante éxito porque había también una apertura en Europa. Inició en los años 90, había caído un poco antes el muro de Berlin e Europa estaba viviendo un momento de integración, de mucha apertura. Muchos festivales recibiendo artistas de América Latina. De Brasil, Cuba y también de África. Había una curiosidad multicultural. Eso nos ayudó mucho, y fue muy interesante participar y trabajar en esa renovación de la música brasileña en ese contexto. Claro que muchos se quedaron por el camino. Pero es una generación muy victoriosa con Zeca Baleiro, Marco Suzano, Paulinho Moska y es una generación que ya es veterana y ahora ya hay una generación que surge después de nosotros. Maria Gadu, Dani Black, 5 a Seco, Anna y Vitoria y la música brasileña siempre se renovando. Ya hay inclusive una novísima generación con Baco Exú de Blues, Agnes Nunes y tantos otros.

RGP: ¿Le siguen pidiendo Mama Africa en sus shows? Imposible pensar en Chico César sin sentir las vibraciones de esa canción.

CC: Sin duda Mama África es mi música más conocida. Es por la que las personas me identifican. Desde las personas que han visto el nacimiento de esa canción 28 años atrás, hasta bebés que nacieron o tenían 2 ó 3 años y la piden para cantar. Ella es una puerta de entrada para muchas otras músicas incluso para los niños que les gustan músicas diferentes mías. Mama África… cuando el público no me pide para que yo la cante, yo le pido al público que la cante conmigo. Me encanta cantar esa música. Es una canción que me pone en el mundo siempre. En celebración con las otras personas. Yo me siento verdaderamente feliz cuando cantan esa música.

Dejo un gran abrazo para vosotros. Vida larga y que la música del mundo pueda circular siempre, libremente, así como las personas. Grande abrazo.

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